Una maqueta es una grabación de uno o dos temas musicales realizada por un grupo o por un artista con fines principalmente promocionales. Por lo general, una maqueta suele preceder a un álbum y funciona como una pequeña demostración del estilo y la calidad de un conjunto artístico o de un cantante independiente.
Las maquetas suelen relacionarse con bandas jóvenes que acaban de iniciarse en el panorama artístico. Aunque no son los únicos grupos o compositores que apuestan por las maquetas, es cierto que estas bandas noveles acostumbran a grabar maquetas para darse a conocer en la industria discográfica, participar en diferentes eventos y concursos, etcétera. Otros grupos -noveles o no- conciben las maquetas como una herramienta y las graban para su escucha y análisis: gracias a ellas, los componentes determinan si harán modificaciones sobre esa primera versión de sus canciones. También pueden descartar un tema si, tras varias escuchas, consideran que no es de su agrado.
Muchos artistas realizan sus maquetas de manera casera, utilizando sus propios ordenadores y micrófonos. Esto es posible gracias a la aparición de sofisticados programas de grabación y manipulación de música en formato digital.
Para crear una maqueta musical también se puede acudir a un estudio de grabación. De hecho, esta estrategia es la favorita de los conocidos como ‘grupos maqueteros’: bandas que graban maquetas con una calidad muy cuidada y que van incluso acompañadas de una carátula para su distribución comercial en formato CD o digital. Aunque algunos críticos llegan a mostrarse muy duros con estos grupos maqueteros, muchos de estos artistas dicen desconfiar de la industria discográfica y sentirse mucho más cómodos publicando tan solo maquetas. De esta manera, además, también crean música libre y sin ánimo de lucro que pueden difundir a través de Internet.
Aunque absolutamente todos los estilos musicales recurren a las maquetas, estas grabaciones fueron especialmente útiles para el desarrollo de la escena rapera española de los años 90.
Las primeras maquetas raperas de 1990 estuvieron inspiradas por las primeras manifestaciones de hip-hop que llegaron a España en los años iniciales de la década de 1980: películas estadounidenses como ‘Beat Street’ (1984) o ‘Electric Boogaloo’ (1985), la práctica del b-boying… Además, en esta época entraron en el país -procedentes de EEUU- cintas de artistas como Run DMC, Grandmaster Flash, etcétera. En consecuencia, a finales de los años 80 muchas radios nacionales emitían con bastante frecuencia canciones de L. L. Cool o Lisa Lee, por lo que algunas tiendas de discos comenzaron a importar material para su comercialización. El hip-hop pasó a ser así cada vez más popular y algunas firmas como Troya comenzaron a publicar recopilatorios con canciones de rap en español en los que participaron artistas como QSC, DNI, Estado Crítico, Sindicato del Crimen, etcétera. Estos recopilatorios sirvieron para que nombres como MC Randy lograsen grabar un disco en solitario, aunque no fue lo más frecuente y muchas bandas se disolvieron.
Después de este ajetreo inicial, el mercado de las maquetas brindó nuevas posibilidades a los conjuntos de hip-hop españoles en la década de 1990. Los primeros grupos en grabar su maqueta fueron Eat Meat, Nazion Sur, La Puta OPP o El Club de los Poetas Violentos. Estas grabaciones les permitieron aumentar su fama y su presencia fue cada vez más solicitada en eventos dedicados al hip-hop y en otras fiestas. Todo esto sirvió, sin duda, para que muchos otros artistas tomasen ejemplo y surgiesen así cada vez más proyectos musicales interesantes que preferían darse a conocer con una buena maqueta. De esta manera no invertían los recursos que exigía la grabación de un disco y testaban la aceptación que despertaban entre los críticos y los amantes del hip-hop en España.
Tras el éxito y la buena acogida de muchas de estas maquetas, en España comenzaron a aparecer los primeros sellos especializados en música hip-hop.
