La biografía de un artista suele empezar por su nombre completo, lugar de origen y fecha de nacimiento; algo totalmente imposible si se trata de Banksy, rey internacional del street art. Es cierto que una serie de investigaciones llevan a pensar que nació en Bristol, Reino Unido, en 1975 y que su nombre podría ser Robin. Para la Universidad Queen Mary de Londres, Robin Gunningham. Para algunos periodistas, Robin Banks, aunque esta identidad podría no ser más que un juego de palabras en inglés (robbing banks: robando bancos).
La de ocultar su nombre y aspecto podría considerarse la primera provocación de un artista muy comprometido con lo social y cuya obra está llena de denuncia. A menudo se le buscan caras y se ironiza con su identidad. Recientemente, el periodista escocés Craig Williams aseguró en un reportaje que tras sus obras podría encontrarse Robert del Naja, vocalista del conjunto musical Massive Atack. Williams argumentó que en las mismas fechas en las que la banda alternativa actuó en Toronto o San Francisco, esos lugares amanecieron sorprendentemente con graffitis de Banksy. Del Naja, horas después de que saltase esta teoría a los medios de comunicación, gritó “¡Todos somos Bansky!” en uno de sus conciertos, sin desmentir claramente las suposiciones de Craig Williams. También de Bristol, Del Naja compagina su carrera de cantante con su vocación de artista, moviéndose como pez en el agua en la pintura, la fotografía, los estarcidos o el graffiti.
La identidad de Banksy preocupa incluso en España. Los organizadores del festival de arte urbano Desordes Creativos (Ordes, A Coruña) se movilizaron para conseguir que el artista visitase su municipio e hiciese suyos los muros y medianeras. Banksy no apareció, por lo que sigue sin rostro para los coruñeses; no obstante esto ayuda a los cómicos a tomarse el anonimato de Banksy con humor, como en este fragmento de la serie ‘El Fin de la Comedia’ en el que el periodista Iñaki Gabilondo le confiesa muy serio al humorista Ignatius que él… él es Banksy.
Según parece, el boom del aerosol de 1980 sorprendió a Banksy mientras se preparaba para ser carnicero. En un primer momento formó parte de la crew Bristol’s DryBreadZ, pero a mediados de los 90 decidió partir en solitario inundando su ciudad natal de ratas, imitando al artista callejero parisino Blek Le Rat.
Influenciado por el francés, Banksy comenzó a utilizar plantillas en sus graffitis. El de Bristol preparaba él mismo las plantillas que posteriormente rociaba con spray, convirtiéndose poco a poco en una referencia en el campo del estarcido. Esta técnica, con la que ganó velocidad y disminuyó el riesgo de ser detenido por realizar algo ilegal, fue criticada por artistas del graffiti que despuntaban entonces, como el fallecido King Robbo. Los juicios cruzados derivaron en una guerra artística relatada en el documental ‘Graffiti Wars’ (2011).
Con una fama cada vez mayor en Bristol, donde ya se había apropiado de alcantarillas, portalones y buzones de correos, en el año 2000 realizó su primera exposición en Severnshed, un barco-restaurante local. Posteriormente se mudó a Londres y se convirtió en un artista callejero imparable. En 2001, de hecho, voló a México junto al equipo de fútbol Easton Cowboys and Cowgirls y, ahí, pintando un mural de apoyo a la causa zapatista, fue tomada la única fotografía que hoy se tiene de Banksy.
Sus obras combinan el stencil con la escritura y en ellas Banksy toma partido en lo social y político, criticando el abuso policial, la contaminación, el modelo de vida capitalista o el abuso que hacemos de las nuevas tecnologías. Estas temáticas se han repetido a lo largo de toda su trayectoria, aunque es un creador muy acostumbrado a vincular su arte con la actualidad.
Tras lograr exponer su arte urbano en Londres en 2003, llegaron sus obras más relevantes. Banksy viajó en 2005 y 2007 a Cisjordania y cubrió de graffitis el muro levantado por Israel en terreno palestino. Hoy, sus murales con mensaje pacifista protagonizan tours turísticos en el lugar, con impactantes piezas en las que aparecen palomas de la paz con chalecos antibalas o niñas que cachean a soldados e intentan escapar sujetándose a unos globos.
Muy beligerante con el trato dado a los refugiados, en 2015 realizó un mural en el campo francés de Calais en el que aparece el cofundador de Apple Steve Jobs con una mochila y un ordenador Macintosh. Bajo la imagen de Jobs, el británico escribió: “Son of a Migrant From Syria” (hijo de un inmigrante sirio).
También en 2015 puso en marcha Dismaland, un parque temático temporal “inadecuado para niños”. Somerset (Reino Unido) acogió esta versión negra y ácida de Disneyland en la que colaboraron 58 artistas de street art.
Sin perder de vista el conflicto árabe-israelí, Banksy inauguró en 2017 el hotel Walled Off en Belén. Se trata de un hotel situado frente al muro de Cisjordania y que, según el artista, ofrece las peores vistas del mundo. Las habitaciones están decoradas por él y cuenta con un museo en su interior en el que se exponen piezas de autores palestinos.
A pesar de ocultar su identidad, Banksy ha trabajado durante todo este tiempo para empresas como Puma o MTV, para galerías de arte y para la ONG Greenpeace. El británico ya ha expuesto su trabajo artístico en diferentes ciudades y sus piezas callejeras han sido subastadas por grandes sumas de dinero. De hecho, un conjunto de sus obras llegó a venderse por más de 50.000 libras.
A las primeras exposiciones de Banksy en 2000 y 2003, siguieron otras exhibiciones de su arte como:
En determinados momentos de su vida, incluso se coló de forma clandestina en museos como el MOMA de Nueva York o el Museo Británico de Londres para ver sus obras colgando de paredes tan relevantes.
Tal vez por iniciativas como la anterior, Banksy no se libra de seguir siendo un vándalo para muchos. De hecho, su arte ha sido destrozado en varias ocasiones por ayuntamientos o grupos de haters.
Para darse a conocer un poco mejor (aun sin desvelar su aspecto), el artista ha publicado varios libros: ‘Banging your head against a brick wall’ (2001), ‘Existencilism’ (2002), ‘Cut it Out’ (2004), ‘Wall and Piece’ (2005) y ‘Banksyleaks; Breaking the Wall’ (2017). También dirigió en 2010 el documental ‘Exit Through the Gift Shop’, una película muy alabada en festivales y en la que presenta al graffitero Thierry Guetta o Mr. Brainwash quien, según algunos periodistas, no existe y es el álter ego del propio Banksy.
Así que… ¿Cuántas personalidades caben en el artista callejero más cotizado y buscado del mundo? ¿Y por qué no seguir disfrutando de su arte sin ponerle nombre y apellidos?
Visita nuestro blog de Street Art
Banksy en Madrid
Banksy en Barcelona
Los artistas de graffiti más famosos del mundo
¿Cómo hacer graffitis?
Belly painting
Rotulación a Mano
Videojuegos de graffitis
Sevilla
Madrid
Leon
A Coruña
Bilbao
Córdoba
Barcelona
