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antoniom
24/02/2018
Piercings No hay comentarios

Qué es y cómo tratar una infección piercing

El piercing es actualmente uno de los tipos de decoración corporal más populares de todo el mundo. Originariamente, el piercing se utilizaba como una señal de pertenencia a una determinada tribu. Se cree que su origen está en los antiguos mayas, quienes se perforaban el labio, la nariz y las orejas como símbolo de estatus.

Claro que hay que tener en cuenta que hacerse un piercing puede conllevar una serie de riesgos, como una infección. Es precisamente este tema el que vamos a tratar hoy; qué es y cómo tratar un piercing infectado.

Cómo evitar que un piercing se infecte

Cada vez son más las personas que apuestan por hacerse un piercing en diferentes zonas de su cuerpo. Si tú eres una de ellas y te preguntas qué es lo que puedes hacer para evitar que se infecte, presta atención a los siguientes consejos.

  • Lo más importante para evitar una posible infección es lavar el piercing adecuadamente, con agua y jabón antibacteriano.
  • También es esencial tocar la zona con las manos sucias; antes de limpiar el piercing, hay que lavarse muy bien las manos, a ser posible con un jabón desinfectante.
  • Y, por supuesto, evitar el contacto del piercing con determinados agentes externos como polvo o arena de playa durante los primeros días tras la perforación.
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Síntomas de infección en el piercing

Cuando te haces un piercing en una determinada zona del cuerpo, en ocasiones no sabes si los síntomas son los propios del proceso de cicatrización habitual, o si por lo contrario se deben a que el piercing se ha infectado. Pues bien, vamos a ver cuáles son las señales de alerta a las que debes prestar atención.

Uno de los síntomas que se da en prácticamente todos los casos es una línea roja alrededor del piercing, la cual a medida que van pasando los días adquiere una tonalidad más intensa, e incluso se extiende hacia un área mayor.

La inflamación es otra señal de alerta que indica una infección en el piercing. Alrededor de 48 horas después de la perforación es normal que el área que rodea a la misma muestre una ligera inflamación. No obstante, una vez transcurrido ese tiempo, lo más habitual e que vuelva a la normalidad. En cambio, si la inflamación empeora, es muy posible que exista infección.

Otro síntoma que ayuda a reconocer esta afección es el dolor. Generalmente, el dolor desaparece después de 48 horas, al mismo tiempo que comienza a reducirse la inflamación. No obstante, si el dolor dura más de dos días después de hacerte el piercing, seguramente se deba a una infección.

Y, por último, otro síntoma bastante habitual es que salga una secreción espesa de color blanco, amarillo o verde, y con un olor desagradable. Durante el proceso de cicatrización es normal que se produzca un poco de líquido blanquecino, pero cuando va a más es señal de alarma.

¿Qué hacer ante una infección?

Cuando se sospecha de una infección en el piercing, son muchísimas las personas que optan por quitarse la pieza, lo cual es un gran error; sólo hay que hacerlo en el caso de que el médico así lo indique.

Ante una infección en el piercing, lo primero y más importante es limpiar la zona. Hay que hacerlo con jabón antibacterial; en ningún caso utilices agua oxigenada o alcohol porque sólo conseguirás resecar la piel. Una vez limpia la zona, seca con una toalla de algodón limpia dando suaves golpecitos, sin frotar. Si notas que hay pus y la zona está inflamada, una buena idea es colocar una compresa caliente; de esta manera, reduces de forma notable el dolor.

Si presentas determinados síntomas como fiebre o náuseas, es importante que acudas al médico para que te prescriba un antibiótico, tanto oral como en forma de gel.

Remedios caseros para tratarla

Si te has hecho un piercing y se te ha infectado, aquí van algunos remedios caseros que te pueden ser de utilidad para tratar la infección.

Manzanilla

Uno de los remedios caseros más populares y que mejor funcionan para tratar un piercing infectado. Simplemente tienes que hervir una taza de agua durante cinco minutos y cuando llegue a su punto de ebullición añadir la manzanilla; dejar cocinar a fuego lento un par de minutos, retirar, colar y dejar que se enfríe un poco. Luego, empapa una toalla de algodón limpia sobre la infusión y colócala directamente sobre la zona afectada durante 10 minutos.

Aloe Vera

Otro remedio fantástico para tratar un piercing infectado es aplicar aloe vera sobre la zona. Para ello, hazte con una hoja de aloe vera y ábrela con ayuda de un cuchillo. Extrae el gel que hay en su interior y aplícalo.

Aceite de árbol de té

El aceite de árbol de té también funciona muy bien a la hora de tratar un piercing infectado. Simplemente tienes que empapar una bolita de algodón con este aceite y aplicarla sobre el área afectada.

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