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A principios del nuevo milenio el piercing causó un auténtico furor, sobre todo entre los jóvenes y adolescentes. Poco a poco su popularidad se fue apagando. Pero hace apenas dos o tres años las perforaciones han conseguido resurgir de sus cenizas y regresar con más fuerza que nunca. Actualmente, son muchísimas las personas en todo el mundo que apuestan por los piercings como una modalidad de decoración tanto corporal como facial.

Lo cierto es que existen decenas de piercings diferentes, para todo tipo de gustos y preferencias, como los labrets. Se trata de una de las perforaciones más antiguas y populares a nivel global.

¿Qué es?

Se conoce como piercing labret a aquel que se coloca en el labio inferior de la boca. Existen varias modalidades del mismo.

Por un lado, la más habitual de todas, la que se conoce como labret clásico; se coloca en la parte central del labio inferior. Y, por otro lado, modalidades que van surgiendo, como la de colocarse este piercing en uno de los dos extremos del labio inferior.

En cuanto a las joyas más utilizadas, lo más frecuente es apostar por dos bolas, una en cada extremo. Claro que también hay quienes se animan con barras con terminación en punta.

Historia del piercing labret

Su origen se remonta a hace varios miles de años; investigaciones recientes han descubierto momias de hace más de 10.000 años con un piercing de este tipo. Incluso a día de hoy se pueden encontrar tribus que apenas han tenido contacto alguno con la civilización en las que sus miembros llevan un piercing labret.

En la antiguedad, determinadas tribus africanas realizaban este tipo de perforaciones y colocaban a modo de joya diferentes materiales como marfil e incluso cristales de hueso.

También los labrets fueron habituales entre los aztecas; eran un símbolo de jerarquía, de modo que únicamente los líderes tenían el honor de poder llevarlos. Generalmente, utilizaban joyas de oro y con forma de serpiente.

Proceso de curación del piercing labret

Una de las principales ventajas que presenta este tipo de perforación, además de que es muy atractiva, es que el proceso de cicatrización es relativamente rápido. Apenas tarda un mes y medio en terminar de curarse; un tiempo muy inferior al de otras perforaciones como por ejemplo el piercing del pezón, cuyo proceso de cicatrización es de ocho meses aproximadamente.

En primer lugar, una vez te realicen la perforación del piercing, generalmente la joya que te van a colocar es de acero quirúrgico; es un material hipoalergénico muy adecuado para que cicatrice adecuadamente.

El proceso de curación del piercing es el siguiente. Lo primero es que laves muy bien tus manos con un gel desinfectante. A continuación debes limpiar la herida con suero fisiológico; humedece una gasa estéril con el suero, sujeta el piercing con muchísimo cuidado y desliza la gasa alrededor de la perforación. Luego, cuando se seque el suero aplica un poco de yodo antiséptico y déjalo que se seque.

Lo ideal es repetir este proceso un par de veces al día hasta que el piercing esté completamente curado.

Además, después de cada comida es esencial mantener una buena higiene bucal. Debes cepillarte los dientes con suavidad con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con fluoruro. Después, enjuaga tu boca durante 45 segundos con un enjuague bucal antibacteriano sin alcohol o solución salina.

¿Estos síntomas son normales?

Hay que tener en cuenta que una perforación es una herida y, por tanto, una vez realizada genera una serie de síntomas que son completamente normales. En el caso de los labrets, es habitual que los días posteriores a la realización del piercing sientas hinchazón, enrojecimiento, sensibilidad y algo de sangrado en la zona. También puede salir un poco de pus de la herida; debes recordar que esta es la manera en la que el cuerpo trata de proteger la zona de potenciales infecciones.

El labret es un piercing en el labio, y, por tanto, hay que cuidarlo con más mimo que el resto de perforaciones de la cara y el cuerpo; la boca es un entorno húmedo muy favorable para la formación de bacterias y gérmenes.

Durante las tres primeras horas después de la perforación evita comer, fumar y beber. Durante los días posteriores, mejor que evites los alimentos picantes, así como los alimentos y bebidas muy calientes o fríos.

Otro consejo muy importante a tener en cuenta es evitar la aplicación de cosméticos, como base de maquillaje o pintalabios, en la zona hasta que el labret esté completamente cicatrizado.

Otros tipos de piercings:

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